Historia


Cada 23 de marzo, en Bolivia se celebra el Día del Mar, en conmemoración a la perdida del Litoral, una gran extensión desértica de aproximadamente 120.000 kilómetros cuadrados con costas al océano Pacifico, el cual el país perdió en la Guerra del Pacifico, que involucro a tres partes: Bolivia y Perú contra Chile en el año 1879.
Dicho conflicto comenzó por una disputa de límites territoriales, iniciado luego de la caída del colonialismo español y el nacimiento de las repúblicas independientes ya mencionadas, herederas del Virreinato de Lima y la Audiencia de Charcas. A partir de 1832, se sumaron una serie de intereses políticos, militares y económicos, que llevarían al enfrentamiento.
El detonante fue la intención de Bolivia de cobrar un impuesto de 10 centavos al quintal de salitre que explotaban empresas chilenas en el Desierto de Atacama. El gobierno chileno no acepto esta decisión boliviana, y sus tropas invadieron Antofagasta y Calama, donde Bolivia tenia nula presencia militar y la mayoría de la población eran chilenos.

La batalla de Calama o batalla del Topáter, como se la conoce también, ocurrió el 23 de marzo de 1879 y fue el primer enfrentamiento armado de la Guerra del Pacífico. Después de ocupar el puerto de Antofagasta el 14 de febrero, el mando chileno decide ocupar el despoblado boliviano de Atacama, ya que era el principal centro de abastecimiento en medio del árido desierto, mientras los civiles bolivianos, hacendados con sus peones, ya aprovechaban este hecho para movilizarse. De esta forma, el entonces pueblo de Calama adquiere importancia en el teatro de operaciones de la Guerra del Pacífico.
El prefecto del Departamento de Litoral, Severino Zapata, se retiró de Antofagasta junto con todas las autoridades y personal a Calama, en donde los hacendados y peones ya estaban armándose, pues sabían que los chilenos atravesarían el desierto para romper la resistencia boliviana.
El forense Ladislao Cabrera, al ver que las tropas bolivianas aún no llegaban, tomó el mando de las fuerzas civiles que se prepararon a defender Calama (130 hombres). Los refuerzos esperados nunca llegaron, pero los combatientes y defensores no dejaron el pueblo sin esperar al ejército chileno que ya marchaba rumbo a Calama, con un total superior a 500 soldados chilenos, a cargo del Teniente Coronel Eleuterio Ramírez Molina. En la madrugada del 23 de marzo de 1879 las tropas chilenas llegaron a Calama en donde, al pasar de las horas, libraron el primer choque bélico de la Guerra del Pacífico, la batalla de Calama, en la cual destacó el hacendado Eduardo Abaroa, uno de los principales dueños de tierras del oasis de Calama, con el grado temporal de coronel de las tropas civiles, el cual murió tras el diálogo que sostuviera con el Teniente Coronel Ramírez.
Las tropas chilenas salen del poblado de Caracoles al mando del coronel Emilio Sotomayor Baeza. Eran 544 soldados distribuidos de la siguiente manera: 3 compañías del Regimiento 2º de Línea al mando del Comandante Eleuterio Ramírez (300 soldados), una compañía del 4º de Línea al mando de su Comandante Juan José San Martín Penrose (100 hombres), 2 piezas de artillería de montaña al mando del Teniente Eulogio Villarreal, un escuadrón de Cazadores a Caballo al mando del Sargento Mayor Rafael Vargas (120 jinetes) y un grupo de civiles reclutados en Caracoles que conformaban Los Pontoneros a cargo del Teniente Coronel Arístides Martínez.
Las tropas bolivianas, organizadas en tres sectores, constituidos por 130 hombres, todos ellos civiles más dos militares retirados, reunieron cuanta arma blanca y de fuego estuvo a su alcance. En 1904, se firmo un tratado tripartito que zanjaba la cuestión. Según esto, Bolivia cedia su territorio costero a Chile; aun está vigente, pese a la insistencia boliviana de revisarlo y las reservas chilenas a hacerlo. En la actualidad, la fecha es celebrada con actos a lo largo y ancho de la república. El principal es la ofrenda floral ante la estatua del Héroe del Topáter en la Plaza Abaroa de La Paz, la cual es encabezada por el Presidente de Bolivia, ministros de gobierno, parlamentarios y demás autoridades; previo se realiza un Tedeum y a continuación de la ofrenda se realizan desfiles militares, escolares e institucionales.


La batalla se desenvolvió en 3 sectores:
§  Vado de Topáter: Constituía el ala derecha del ataque chileno. La 1.ª y 2.ª compañías del 2.º de Línea, bajo las órdenes del teniente coronel Bartolomé Vivar más 25 Cazadores a Caballo, cruzaron por un lugar llamado Viento, y cayeron sobre este punto desalojando a sus defensores. En el cerro Topáter se instaló uno de los cañones Krupp al mando del teniente Eulogio Villarreal que sólo alcanzó a realizar 3 disparos. Aquí muere el héroe boliviano Eduardo Abaroa Hidalgo. Hoy un monolito recuerda y da homenaje a los 7 chilenos y 20 bolivianos caídos en la batalla. Las fuerzas bolivianas presentes en este sector estaban a cargo del coronel Fidel Ara con 40 hombres.
§  Vado de Yalquincha: Se designó a la compañía del 4.º de Línea, guiada por el coronel Juan José San Martín, la que desplegada en guerrillas atacó este punto. Además, a 25 Cazadores al mando del alférez Juan de Dios Quezada, quienes fueron los primeros en intentar cruzar el Loa, no lográndolo por recibir las descargas de la fusileria boliviana apostada en la Casa de Máquinas de Amalgamación. Con la entrada en acción de la fuerza de San Martín, se eliminó la porfiada resistencia. Además las fuerzas chilenas contaban con una pieza de artillería.
§  Vado de Huaita o Carvajal: Constituía el ala izquierda del ataque chileno. Los primeros en entrar en combate fueron los 65 Cazadores a Caballo del mayor Rafael Vargas quienes fueron sorprendidos por las descargas casi a quemarropa de los bolivianos - al mando del teniente coronel Emilio Delgadillo - ocultos en la chilcas del otro lado del río. Fue en este lugar donde murieron los 7 soldados chilenos de esta batalla. Se designó a Pablo Urízar que con un cañón Krupp apoyara el ataque en este sector. Sin embargo esta batería sólo realizó un disparo. Detrás de la caballería atacó la compañía restante del 2.º de Línea, comandada por el comandante Eleuterio Ramírez. Estas tropas fueron las primeras en entrar a Calama, luego de neutralizar la resistencia en el lugar.
La valentía mostrada por Abaroa le valió los honores que le rindieron las tropas chilenas a su sepultura en el Cementerio de Calama, y los honores de ambos estados al momento de trasladar los restos de Abaroa desde Calama hasta La Paz en 1952. Al mediodía, la plaza de Calama ya había sido tomada por los chilenos y Ramírez se volvió su primera autoridad chilena.
La ocupación de un punto de aprovisionamiento como Calama movilizó al ejército boliviano, mientras las tropas chilenas se adueñaban del dominio del mar y se adentraban en la Pampa del Tamarugal. Por ello fue creada la V División del Ejército de Bolivia, a cargo del General Narciso Campero Leyes, para recuperar el Litoral mientras el grueso de las tropas chilenas estaba más al norte. Campero y sus tropas ocuparon Chiuchiu el 25 de noviembre de 1879; pero tras un tiroteo entre exploradores bolivianos y chilenos en el camino de Chiuchiu a Calama y el repliegue de ambas tropas, con lo que tuvo que posponerse el asalto y reconquista de Calama, al norte de San Pedro de Atacama, las tropas rivales se encuentran en la batalla de Tambillo, en la cual la guarnición de 24 soldados chilenos fue derrotada por 70 bolivianos.
Tras esta batalla, las tropas bolivianas ocupan San Pedro de Atacama y se alistan para el asalto reivindicatorio a Calama. La seguidilla de conspiraciones en el alto poder boliviano y el miedo del presidente Hilarión Daza Groselle a que Campero le quitara aceptación popular y aliados provocó que el presidente ordenara abortar la misión de la V División y su repliegue hasta Oruro hasta nuevas órdenes, con lo cual Bolivia pierde definitivamente la crucial oportunidad de recuperar el Litoral perdido hace meses.
Los combates, reducidos a escaramuzas y emboscadas en la zona de Calama, terminarán durante la Campaña de Tarapacá, cuando los chilenos venzan en el combate de Río Grande.

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